De nueva cuenta, el éxtasis, la cristalización de un anhelo tendrá que esperar. Este periodo de vigilia no tiene una fecha fija; eso es quizá lo que más lastima tras haber dejado escapar una oportunidad que lucía al alcance.

Pachuca perdió 1-0 ante Gremio de Porto Alegre en la Semifinal del Mundial de Clubes Emiratos Árabes Unidos 2017. Los hidalguenses tendrán que conformarse con disputar el partido por la tercera plaza de este torneo el próximo 16 de diciembre; ya sea ante Al Jazira o bien, en un escenario inverosímil, en contra del Real Madrid.

Everton Soares fue el encargado de registrar su nombre en solitario en el marcador de este duelo librado en el estadio Hazza Bin Zayed, en la localidad de Al-Ain, tras aprovechar una distracción a Joaquín Martínez para robarle la bola en la banda derecha tuza, enfilarse al área, recortar al mismo Shaggy, y sacar derechazo incontrolable para vencer al Conejo Pérez al minuto 94.

Partido trabado, con buena cantidad de faltas y sancionados con cartones por el árbitro alemán Félix Brych. Ambos equipos dispusieron un sistema espejo para ir por la victoria_ 4-5-1. La diferencia entre ellos: los brasileños con 2 escudos bien posicionados para controlar la segunda línea y los mexicanos con un contención fijo, Jorge Hernández, por detrás de 4 volantes.

Ni Gremio ni Pachuca lograron monopolizar la tenencia del balón; pocas, o escasas, fueron las ocasiones en las que se les vio juntar pases, acumular hombres en campo contrario. La consecuencia fue un duelo propenso a las transiciones defensa-ataque, mismas que no fueron aprovechadas.

Ante este escenario, la táctica fija cobró importancia como vía para lastimar al rival. En este rubro, los gaúchos aventajaron a los Tuzos, pues en no pocas ocasiones les provocaron tremendos sustos con disparos de tiro libre, que le susurraron la palabra peligro al marco mexicano.

Pachuca poco pudo hacer uso de su plataforma más efectiva de ataque en este segundo semestre de 2017: Víctor Guzmán. Y es que el Pocho, a la postre expulsado a causa de la impotencia mal canalizada en faltas inútiles, necesita de un socio que lo active en el área para provocar daño. Esto sucedió en contadas ocasiones, mismas que representaron los momentos en los que estuvo más cerca el equipo hidalguense de ponerse arriba en el marcador.

Con la paridad, la neutralización de fuerzas, al establecerse 2 líneas defensivas sólidas, y un mediocampo organizado para cortar avances de sus respectivos rivales, con mención al gran despliegue físico regalado por Jorge Hernández, que no se cansó de robar balones, fue necesario jugar la prórroga.

Ya en ella, la fatiga hizo acto de presencia, desestabilizando el foco de atención de la zaga tuza, para así descubrir un recoveco en su pelaje y recibir la puñalada mortal de Gremio. Y es que en la batalla táctica, Renato Gaúcho superó a Diego Alonso: uno de sus revulsivos, Everton, puso el toque de desequilibrio, de magia, que terminó por decantar la balanza a favor de los suyos.

Tras el gol de los brasileños, el duelo se abrió, se generaron más espacios y descontrol, pero las papeletas no se alteraron más. Pachuca volvió a quedarse en la antesala de la Final del Mundial de Clubes, justo como en 2008 ante la Liga de Quito.

México nunca ha sido capaz de vencer a un representante de la Conmebol en el marco de este torneo; de igual forma, sigue sin poder jugar el partido definitivo del mismo. En el horizonte de los Tuzos, queda luchar a muerte por igualar lo conseguido por Necaxa en el 2000: quedarse con la tercera plaza.